Me fue muy enriquecedor las lecturas de este tema. En particular soy muy escéptico con respecto al futuro del paso a la virtualidad.
Hay dos párrafos del texto Los laberintos de la virtualidad en tiempos pandémicos que me movilizaron y que me pusieron a pensar:
“…Con este orden de cosas y situados aún en medio de las medidas de restricción propias de distintos grados de cuarentena, muchos se preguntan ¿qué podemos esperar del futuro?
En primer lugar, hay que decir que no debemos esperar nada del futuro porque el futuro aún no existe. El futuro está por construirse y en esa tarea deberemos estar implicados todos, las instituciones universitarias y los universitarios. Por ahora el futuro sólo representa para todos nosotros una oportunidad que ojalá sepamos aprovechar…”
“…Mi respuesta en fin es que deberíamos aprovechar esta oportunidad que nos da la actual crisis producida por la pandemia, para repensar la universidad en todos sus aspectos y formular una nueva propuesta con la finalidad de recuperar su objetivo fundante de ser un faro para la humanidad…”
Estoy convencido que al futuro lo debemos moldear todos y que es una oportunidad única para repensar los métodos de enseñanza y aprendizaje desde las gestiones universitarias hacia abajo.
Soy consciente que hay muchos equipos docentes que están realizando un gran esfuerzo para el pasaje de la presencialidad a la virtualidad, entre los cuales sumo al equipo de la asignatura que dicto.
No obstante, como escribí en el primer párrafo, soy escéptico con respecto al futuro inmediato de estos cambios. Durante el primer cuatrimestre hubo un acuerdo tácito entre las tres patas involucradas, docentes, alumnos y gestión que se iba a hacer todo lo posible para continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje, y creo que en el primer semestre esto funciono. Durante este semestre también los docentes recibieron capacitaciones para la educación a distancia y educación en línea. Mis críticas son a partir del segundo semestre, donde los docentes no fuimos capaces de dar un giro a lo realizado durante el cuatrimestre anterior y se repitieron errores y formas de enseñanza en línea, pero solo copiando lo que se hacía en la presencialidad, pero el acuerdo ya no estaba, los alumnos estaban cansados, los docentes también y ese proceso de enseñanza y aprendizaje fue muy deficiente. En el comienzo del año 2021 se aumentaron enormemente las solicitudes de dictar clases presenciales, aparte de las prácticas de laboratorio o trabajo de campo o territorio donde es necesario.
Este tipo de capacitaciones ponen en marcha ideas superadoras para el pasaje a la virtualidad, es necesario que cada unidad académica lo haga llegar a la mayor cantidad de docentes posibles y que los mismos tomen real conciencia del momento que transitamos.