Recomendaría a ese docente que antes de evaluar, haga público los criterios que definirán ese proceso, que habilite la posibilidad de que sus estudiantes evacuen todas las dudas que tengan al respecto. Debería dejar claro qué propósitos tiene esa evaluación y qué se evaluará.
Le pediría además, que tenga especial cuidado con su devolución para ayudar al estudiante a comprender cual o cuales son los errores cometidos. Debería argumentar por qué la producción realizada es incorrecta, evitando situaciones de humillación, de descalificación, falta de respeto, etc. Marcaría su actuación poco ética como evaluador.
Recomendaría a los estudiante que defiendan su derecho a conocer previamente a la evaluación los criterios definidos por el profesor. Incentivaría a los mismos a que reclamen las razones por las que el docente considera incorrecta su producción.