Hola, Soy Gabriel Hidalgo, Ing. Electricista Electrónico(UNSL). Trabajé en muchas Cátedras de Matemáticas e Ingeniería. Actualmente soy JTP en la misma, y también soy profesor Adjunto en la UNVIME, en la escuela de Salud.
He podido experimentar desde una prueba escrita, un múltiple choice, un examen oral en pizarra, o una charla con el profesor donde indagaba lo que sabia, llevándola como una simple charla.
Recuerdo una vez, una catedra donde era ayudante, y me evaluó otro profe que no sabía la materia, y me tomó con conceptos equivocados; termina el examen y me pone muy poca nota. Lo miro y le digo, que consideraba sus conceptos eran equivocados, y que me había hecho un mal examen. Se enojó mucho, me media vuelta y me fui. Con mucho dolor sin poder hacer nada ante un profesor necio y orgulloso. Desde ese día me propuse no ser como él, y lucho día a día por ello. Claro ejemplo de una mala evaluación.
Otra distinta fue el cariño recibido por una profe de matemáticas (muy seria, recta y de gran conocimiento), quien me cita, proponiéndome rendir un cargo de auxiliar; me dio sus propios apuntes, y me puso a estudiar. Llegado el concurso, saque tema, y se ocupo personalmente en ponerme frente a un pizarrón, y tomarme una y otra vez (creo como 3 veces), marcándome en su sabiduría como exponer el tema. Me evaluó con rigor profesional y generosidad, y mi examen ante el jurado fue excelente. El evaluar con una mirada en la persona, creo fue la contra cara a la experiencia anterior.
Uno es lo que experimenta en el transcurso de su vida, por lo que ahora como docente, y en esta época especial que nos toca desde el 2020, más allá de estar detrás de una pantalla, y haber perdido el contacto físico, no debemos perder esa empatía con el alumno, por mas que no exista el contacto físico, o que sean muchos estudiantes. Evaluar, pero teniendo en cuenta el alumno como un ser que percibe más allá de una nota.
Saludos!!