La bibliografía me pareció muy interesante, me gusta el texto de Javier Martínez, quien dice “que el papel del tutor virtual es el mismo que el del profesor presencial: ayudar a que los alumnos aprendan y, más concretamente, favorecer que las personas aprendan a pensar y decidir por sí mismas. Idealmente, instalar en ellas el amor por aprender”. Además, el plantea que el tutor tendrá que: Ofrecer feed-back y Manejar y reforzar relaciones entre personas.
El tutor acompaña el proceso de aprendizaje y facilita un desarrollo integral, de acompañamiento y seguimiento en dicho proceso, de cada estudiante.
El rol del tutor se define, en este nuevo entorno, como una persona-recurso que apoyará el trabajo del estudiante, tanto a nivel individual como al interior del grupo con los recursos no presenciales que proporciona la institución para fomentar la tutoría a distancia (Hernández 2011, citado por López, 2017).
El tutor que se asuma en ese rol debe tener la preparación para que sea idóneo en lo que se le asigne, para tratar de lograr al máximo con esta propuesta.
Como parte de un proceso educativo el tutor principalmente se convierte en Facilitador, de un aprendizaje que considero es compartido. Está direccionado hacia otro que recepciona, comprende, reflexiona, interactúa, comparte; entonces desarrolla (a su vez) una participación activa y esa recepción se retroalimenta en un ida y vuelta.